Riga tiene un tamaño medio, que parece diseñado a medida para descubrir en un fin de semana. Comienza en la plaza Livu, la más animada, rodeada de viviendas tradicionales, puestos de flores, bares y restaurantes, donde puedes probar una cerveza típica, acompañada de un pelmeni. Continúa por la plaza del Ayuntamiento, donde se ubica la Casa de las Cabezas Negras, el edificio consistorial, el Museo de la Ocupación de Letonia y una curiosa placa octogonal que recuerda el primer árbol de Navidad que se plantó.
En la plaza de la Catedral, Doma Laukus, contemplarás Doma Baznica. Es el principal monumento religioso de la ciudad, cuyo interior alberga el Museo de Historia de Riga y su apoteósico órgano, que en su día fue el más grande. Luego, déjate llevar y deambula por la calle Mazá Pils, donde se encuentran los pintorescos edificios de viviendas Tris Balis, continúa por Aldaru Iela y pasa la Puerta Sueca, que daba acceso a la muralla. Finaliza en Torna Iela, donde se localizan los barracones de Jacobo, una de las zonas de ocio más animadas de la urbe.
En el parque del Canal hallarás el Teatro de la Ópera, el puente Timm y el monumento a la Libertad, un elevado obelisco que representa las tres regiones de Letonia. Finaliza tu estancia en la capital letona paseando por el barrio Modernista, Jügendstils. Alberga las embajadas rusa y francesa y una buena colección de edificios art nouveau, sobre todo en las calles Antonijas, Aberta y Elizabetes.
¿Tu cabeza no deja de pensar en la próxima escapada? Riga es nuestra propuesta; te acabamos de dar unas cuantas razones. Así que, no lo pienses más y busca tu vuelo a Riga.